La imperiosa necesidad de aprobar

Estoy movilizada. Anteayer rendí uno de los finales más complicados de mi carrera, y más allá de que el resultado fue positivo y a mi favor, no logro reponerme de ese lugar tan asimétrico que me toca (o mejor dicho, nos toca) vivir en esas instancias.

Los sentimientos previos y posteriores al examen son idénticos a los que se sienten previa y posteriormente a una cita con un chico que nos fascina y nos invita a salir por primera vez.

* La noche anterior estás nerviosa: en un caso porque no te dan los ojos para leer, releer, escribir, subrayar, resumir y acordate de todos los conceptos y las relaciones entre los autores en cuestión. En el otro, porque te la pasás colgada al teléfono primero con tu mejor amiga planeando el vestuario, los temas a tratar y recordando que sería conveniente pasar por la depiladora. Cortás y llamás a tu mejor amigo para que te diga que cosas no decir - porque espantan - le reconsultás sobre el vestuario previamente pactado y acerca de si queda más sexy el pelo suelto o atado. Igual la llamada al mejor amigo produce sólo histeria porque él siempre termina diciendo "andá como quieras, si total solo va a estar pensando durante toda la noche la forma de llevarte a la cama". Momento de crisis nerviosa, le decís que no entiende nada, que es un boludo, que este chico es distinto y que se vaya a cagar. Minutos después volvés a llamar a tu mejor amiga, contándole lo que te dijo mejor amigo y repasando los detalles más importantes para que todo salga perfecto.

* La mañana del día D: estás tranquilamente desesperada: sentís que te falta consistencia, que no vas a poder decirlo como te gustaría, que seguramente te van a tomar lo que pasaste de largo en el texto, que te faltaron hacer 20 relaciones, que no le pudiste dar un cierre a la materia, que hay definiciones que hasta hace dos horas las sabías perfecto y que hay otras que jamás vas a aprender. En el otro caso, esa mañana tambien estás tranquilamente desesperada: la cabeza funciona a mil, te llama mejor amiga cada dos minutos preguntándote si estás nerviosa y vos lo único que querés es que él te llame y te diga "se me complicó, lo dejamos para otro día". En realidad no querés eso, pero los nervios te hacen creer que si. Mejor amigo manda mensajito de texto después del mediodía diciendo "andá tranquila...Igual sabé que solo va a querer reventarte". Y una le responde "te odiooo.. pero te escribo en cuanto vuelvo a casa. te quierooo. no me apagues el celular que voy a necesitar contarte todo"

*"Qué tema preparaste?" o "Te escucho": En el peor de los casos, no te salen las palabras, das el tema al revés, nada de lo que decís tiene hilo conductor y mientras estás hablando te das cuenta que vas camino al 2 sin escalas. Te transpiran las manos, preferís morir que seguir ahi, remando contra ráfagas a 200 km por hora y el profesor enfrente, impávido, con cara de "mmm.. que poco convincente".Lo mirás, mirás para arriba con cara de "estoy intentando recordar" dando a entender que son los nervios los que no te dejan expresar todo lo que estudiaste. El te dice "bueno, el tema bastante flojo. Mejor pasemos a otra unidad. ¿Cuáles son las críticas del posestructuralismo a Marx en tanto Estado e Ideología?" Y la laguna más chica que una tiene en ese entonces es la de Chascomús con patos y todo. Y ahí asociás, le decís Althusser propone una teoría sobre el Estado más compleja bla bla bla (y pensás: tomá!!!! viste que asocié posestructuralismo con el forro de Althusser??) y el final va queriendo.. muy de a poco, pero sentís que todavía poder mendigar el 4...
En el otro caso te sentás, también sentís que la relación es completamente asimétrica (yo estoy como loca de amor y seguramente vos no tenías nada mejor que hacer. Yo estoy con unos nervios que me muero, y vos muriéndote de ganas de lo que decía mejor amigo!!!!). Pedís, pide y la charla. Ese momento es terrible: tenés miedo que el inconsciente (que se estructura como un lenguaje... eso lo dijiste esa mañana en el final y te quedó el trauma) te juegue una mala pasada, le digas cualquier cosa, le cambies el nombre o algo que te haga quedar como la más idiota de toda la tierra. En el peor de los casos hay baches: si, son 30 segundos que una lo vive como "bueno, poneme el dos pero dejame ir", en el caso del quilombito nocturno es "pedí la cuenta, ya está, no soy para vos". Y la remás como loca sabiendo que la conversación no va para ningún lado, que el está estremadamente aburrido y que a vos te brillan los ojos como una pelotuda. El se levanta, va al baño, vuelve y te dice "¿pido la cuenta?". Y vos, con tu mejor cara de "menos mal que no me gustaste" le decís "obvio, estoy muerta, no veo la hora de estar durmiendo". Choque de planetas. El te dice "que lástima, te iba a decir de ir a otro lado, más tranquilos". Y si, te querés morir, claro. Estuviste a punto de que te firmen el 4 y por hablar de más te vas con un 2 y la frase de mejor amigo en la bandeja de entrada del celular que sigue diciendo "Andá tranquila.. Igual sabé que solo va a querer reventarte".