Mi ex límite

Hace unos años atrás decidí que nunca jamás volvería a usar reloj. Fue una decisión racional que la venía amasando hace otro tanto tiempo más que llevé a cabo en un micro sin pasaje de vuelta cuando realizamos el acto simbólico, al tiempo que daba un discurso ético y práctico de cada uno de los por que . Con dos de mis amigos de testigo me saqué mi maravilloso guess de pulsera, lo metí en una mochila y nunca más volvi a tener - ni a extrañar - uno.
Asi fueron pasando los segundos, los minutos y hasta los días, y yo que era una enferma compulsiva del tiempo y que miraba mi mano izquierda cada segundo y medio, hasta el día de hoy es que sigo en recuperación sin recordar ni un solo altibajo.
Tal fue la fobia contra los tiempos y las horas que ni siquiera puedo usar despertador. Entonces resolví que la única forma de despertar a tiempo es si la parte derecha de mi cama me llama al celular a la hora pactada. El putea porque dice que "si me olvido me vas a matar... no me metas esa responsabilidad... ponete un despertador y no hinches".

Notas:

1. todavía no entiendo porque cuando me llama deja un mensaje en el contestador. (??) Si no atendí, es porque no lo escuché. No solo no me despierta, sino que pretende que adivine que tengo un nuevo mensaje en mi casilla. En fin... No es más práctico dejarlo sonar 4 o 5 veces y si ve que no atiendo cortar y marcar "redial" hasta que si lo atienda?
   
2. Siempre escucho el teléfono pero de forma inconsciente lo involucro en mi sueño entonces pasa a formar parte de mis pensamientos oníricos y no de una realidad demoledora: son las 8 y rendís un final en 48 horas, por ejemplo. Pero es recurrente. Y ya me empiezo a preocupar.
3. Seré tan fiaca que incluyéndolo en mi sueño araño 15 minutos más de sábanas y almohada o simplemente refleja mi nuevo modo de vida desde aquel 2003?
4. A los que sí usan reloj: a meterlo en un cajón. Se trata de vivir o no pendiente de una muñeca.