Tetas

"Decía Maru algún post atrás que prefería que, después de una primera cita, un tipo la llamara por lo que ella había dicho y no por el tamaño de sus tetas. O algo así. Semejante definición podría tener un sinfín de interpretaciones, pero en mi condición de hombre todavía heterosexual quisiera esclarecer el tema con la mayor pericia y contundencia posible.

El asunto es por qué un tipo vuelve a llamar a una mina después de una primera salida si no es por las tetas.Porque un buen par de gomas, como un buen culo, o una cara preciosa, son el único motivo de la segunda salida. O sea, sin alguno de esos atributos, el primer round termina once, once y cuarto de la noche, y se va sin revancha.

Insisto: ¿qué es exactamente lo que una mujer puede decir como para dejar maravillado a un tipo? "¿Descubrí una fórmula de física cuántica que si te digo te caés de orto?" "¿Tengo cincuenta palos verdes en un plazo fijo en Linchenstein?" Por más impresionante que sea lo que diga, no hay futuro si el tipo se entusiasma en una conversación sobre los personajes de "Cien años de soledad" o sobre nuevos tratamientos oncológicos en hospitales públicos. Ese es un estúpido, mejor perderlo.

Si querés saber si te va a volver a llamar, cronometrá cuánto tiempo te miró las tetas. Y si fue menos de la mitad del tiempo, olvidate. Vas a tener grandes conversaciones, van a ir a todos los recitales de U2 y al Café Martínez, pero garchar, lo que se dice garchar como Dios manda, no.
"Harán el amor", a lo sumo. Suena triste, ¿no?

Por eso, no pierdas el tiempo: lo mejor que tenés para ofrecer en una primera salida y ganarte la segunda son las tetas y una actitud un poco guarra. Para hablar y parecer inteligente tenés toda la vida. Y si querés compartir tus reflexiones sobre la última película de Adrián Caetano, hablalo con tus amigas".