Buscas en mis bolsillos pruebas de otro cariño (esta sonrisa me delata)

Ayer tuve que soportar de forma estoica a varios de mis amigos explicar que si me enganchan en un quilombito se lo dirían a la parte derecha de mi cama, pero si lo descubren a él reventándose con una minita la situación sería, al menos, "difícil" de afrontar. Los argumentos giraban en torno al dolor, la desilusión, la espada, la pared y demases. Pero las conclusiones eran claras: a vos te mandamos al paredón y con él lo podemos llegar a negociar, aunque sería una situación de mierda, uno de los peores momentos de la banda, bla bla bla....
Podría haberles dicho que no era justo, que son tan amigos míos como de él, pero desistí de mi análisis y posterior alegato y me conformé con escuchar a mejor amiga, siempre tan sabia ella, rematar "está bien, lo mismo corre para mi. Si yo sé de alguna pavadita de Maru no diría nada, pero si lo veo a Coco* ni lo dudo".

Lógico, no? Todos nos queremos por igual, pero la lealtad de género está por sobre todas las cosas. Y está bien que así sea.


* si, acabo de develar el apodo de la parte derecha de mi cama.