Si eres alérgico a los desengaños (olvídate de esa mujer)

De unos días a esta parte - en los cuales no estuve del todo presente por razones explicadas en post anteriores - me encuentro con que algunas de mis amigas están teniendo algunos problemitas (menores, diría yo) pero de consecuencias irreversibles (diría también yo).

Cuando uno está de oferta se nota. Y cuando se quiere un novio (cueste lo que cueste) también.

Mis amigas en cuestión, entre deprimidas y decepcionadas, me dicen que los hombres huyen, que no quieren relaciones estables, chocolates, ni llamados de buenas noches.

Es así. Nos guste o no, es así. Yo también escaparía fóbica si el chico a la segunda salida me pregunta que voy a hacer el sábado a la tarde o si tengo planes para el domingo después de comerme 4 o 5 capítulos del doctor Greg House. De hecho, creo que no lo atendería nunca más. O le diría que me me mudé a Nueva Zelanda por cuestiones laborales. En fin, cualquier excusa que disfrazada de excusa sirva para que él entienda que es una excusa.

Creo en los amores a primera vista, pero también creo que son contados con los dedos de una mano. Creo en la química que nunca se transforma en amor y siempre termina siendo "buena cama" y también creo en el sexo sin culpas siempre y cuando uno no espere el llamado (mentiroso) al día siguiente preguntando cuan bien estuvo todo la noche anterior. Creo en todo eso.

El problema es cuando una tiene el cartel en la remera que dice "soy sola" y un tatuaje en la cara afirmando "necesito que seas mi novio". Cuando las dos declaraciones se hacen amigas y caminan juntas por Santa Fé lo único que pasa es que el muchacho en cuestión (pobre él) se toma el primer taxi que encuentra y reza todas las noches para que borres su número del celular.

Me parece que tanta ansiedad por conocer al hombre que lleve a nuestros niños al kindergardten que una termina saliendo con mamarrachos que no valen ni dos vinos Patero.

Propongo: calma, justa indiferencia, "dulzura a reglamento" y nulidad de excesos. Armonía sin sustos para que el príncipe no se convierta en sapo (al menos no antes de que coma los fideos el domingo con mamá)
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Nota mental: anotar en mi librito que ayer martes entrada la madrugada habíamos terminado de cenar y estábamos charlando clásicos de mesa de solteronas (éramos 6) despotricando sobre ex, actuales y otras yerbas hasta que mejor amiga tiró una verdad maravillosa:
"La mina que le mueve el culo a un pibe aún sabiendo que él está de novio, es gato".
Yo no estoy de acuerdo o alguna que otra vez estuve más cerca de la flora y fauna de lo que me imaginé...