El comentario de Demián en el post anterior me causó risa, después ira y más tarde (que nunca) inspiración.
Básicamente lo que él plantea en forma de reproche son los cuestionamientos femenimos acerca de la relación que generalmente se producen después del garchoneo. Y a mi entender son más que válidos.
Por qué los hombres después del garchoneo solo quieren dormir y no se bancan una conversación de, aunque mal no sea, media hora?
Anotaciones para mi cuaderno que nunca verán mis hijos.
a. Mamá nunca consiguió poder entablar una conversación digna después de mantener relaciones
b. Mamá nunca entendió por qué los hombres no se bancan planteos después de mantener relaciones. Para mamá esos planteos son los mejores.
c. Mamá nunca entendió por qué los hombres no entienden que, aunque sigamos garchoneando, las cosas pueden estar pésimas. Al límite de queres que salten al vacío (y no vuelvan nunca)
d. Mamá nunca entendió por qué los hombres le huyen a los tópicos al estilo "estamos mal", "no estamos como antes", "algo no está funcionando", "de esta forma no quiero seguir", etc.
e. Mamá nunca entendió por qué los hombres las prefieren muditas
Alarma en el celular: Acordarme de hacerle todas estas preguntas a la parte derecha de mi cama hoy alrededor de la 1.30 AM.
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